Entradas

Mostrando entradas de enero, 2025

Día doscientos diecisiete.

Imagen
Eran exactamente las tres y treinta y tres de la madrugada cuando enfilé el último tramo de carretera en dirección a casa. Volvía después de una visita nocturna de esas inesperadas, de esas que aparecen de la nada como un personaje secundario en un sueño cualquiera. El año comenzaba, aunque apenas pudiera verlo, porque al girar en esa última curva, empecé a atravesar bancos de niebla. El primero apenas una nubecita, como cuando pellizcas un algodón de azúcar y comienzas a tirar levemente para llevarte un buen trozo a la boca. El segundo ganó densidad. Para cuando llegó el quinto, casi no podía ver un metro más allá. Nunca me ha puesto nerviosa la niebla, estoy acostumbrada y, de hecho, me gusta conducir en esas mañanas que auguran tardes de paseo, pero esa noche había algo aterrador en el brillo que me devolvía el manto blanco que envolvía mi coche por completo. Era cegador. Di las gracias por encontrarme a menos de un kilómetro de casa y me sorprendí a mí misma intentando relajarme la...