Día ciento quince.

[Sou asixe mia kalitery ankalia.]

(No, no puedo, lo sientorl.)

Lo prohibido no es que sea tentador, es que es lo único que nos llama. ¡Ay! Si te janderpagüer... Algún día se me cae la cabeza en un contenedor y luego me acuerdo de ella de camino a... Creo que mi mundo dejó de ser mundo hace mucho tiempo, ahora sólo es un conglomerado de sentimientos sentidos por la misma estúpida sentimental, a veces, sólo una cosita me empuja a escribir y. Cuando las frases acaban en punto, mal asunto. No me gusta que me corrijan, pero me encanta. (s). Porque puedo aprender cada día. Bien, enegésimo no existe señora y enésimo no es once. Pero, es genial. Siguiendo a lo que seguíamos. ¡Cómo odio odiar de oídas! Y me corto los dedos, me corto los dedos por Lolita, por tonta, por imbécil y por no matar con palabras a alguien que no sabe vestir. Me corto los dedos por no degollar con el teclado. Me los corto y acabaré teniendo que cortarme la lengua, pero después de arrancarme los ojos si vuelvo a verte con unas mallas tan apretadíííísimas y esas bragacas. Esto revienta mi texto, revienta el blog y revienta cabezas, lo sé, pero la vida es así, a veces nos tenemos que encontrar con tales esperpentos cada día y ¡quéascorl!

Jugar a no saber, jugar a lo prohibido, jugar a los médicos (grande). Jugar a tirar mis cosas por todo mi "espacio de trabajo", jugar a tirar la ropa por la ventana (one day). Me gusta jugar, ver el fútbol, beber mojitos con pajita y cubitos de hielo sin forma de cubo (con forma de pezoncillos), jugar al Street Fighter y correr borracha hacia una fuente. Me gustan las frases con doble sentido, me gusta Georgos Dalaras y me gusta True Blood. Me gusta acostarme tarde y despertarme aún más... Pero no aguanto la falsedad que me he tragado de ti.

Duermo de día, duermo con la soledad propia de quien duerme de día. Duermo pensando en despertar de noche y recorrer el espacio que nos separa para detenerme a dos milímetros de tus labios y ser testigo de como me maldices, de tus improperios y de tu odio. Duermo alimentando a los mosquitos y despierto y los vuelvo a alimentar. Me quedo sin sangre, pero la recuperaré en menos de quince días ya, cuando pueda volver a usar los colmillos (estos colmillos que me dió el primer vampiro, Eve, dicen, ¿no?). Duermo preguntándome qué canción va a sonar cuando el despertador intente hacerme salir de mi letargo. Y despierto sobresaltada con anuncios de autoescuelas (poki a poker). Mi vida es un sí o un no, no hay grises, no hay término medio. Y da miedo y lo odio. Y te quedio, aunque te odie como a un montón de osos rosas de peluche. Y a dos milímetros vuelvo otra vez y en sueños me como el mundo, mi mundo y no pasa nada, no me duelen los labios ni me tengo que sujetar la boca al reír. Estoy muy rica, más rica que nunca y tú estás muy rico, aunque te odiediediedie.

Voy a llorar de la rabia, voy a temblar de la ira y voy a convertirme en un puto pokemon como siga así mucho tiempo más. Necesito relax, dejar de verte cada día, bragacas.

Oh Lord, give her some good taste in clothes, please, I implore.



Miss ArránquenmeLosOjosORegálenleUnTanga*

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