Día ciento veinte.

"Me da igual lo que digas, sólo quiero arrancarte el corazón y comérmelo." Me lo dijo a la cara, sin dudar porque había ido a buscarle, a enfrentarme con él.

Y me quedaré sin aire y vendrán volando las palomas a por mí. Y mis brazos se convertirán en alas si me dices que te vas.
Un sueño entre las nubes y un viaje de ida sin pagar.

Llévame donde me pueda esconder del tiempo en un bolsillo junto a un reloj de pared desmontado gritando improperios en la noche porque me gusta perder la cabeza de vez en cuando. Déjame viajar a Febrero para poder escribir lo que quiero. Déjame viajar en el tiempo otra vez y detenerlo y que no pasen los años, que sólo pasen los segundos y déjame un segundo a tu lado hasta que te canses de mí. Si en realidad todo pasa y nada queda presente, el presente es el pasado.

Efímero.

Y mañana me dirás que me dijiste que no sabías saber querer y querías querer saber y cualquier día me crecerán los dedos y aprenderé a tocar el violoncelo, pero hasta entonces me conformo con no repetir la palabra "indicar" tres veces en un mismo párrafo (a no ser que sea de una forma divinamente poética).

No quiero espacios que me ahoguen ni ser una chica presentable, quiero ser lo contrario, todo lo contrario y a la vez dejar de ser lo que he sido hasta hace unos meses. Quiero tener una cabeza sin pájaros, sin nubes, sin cielo azul y sin rinocerontes rosas. Quiero dar vueltas de campana bajo el aire que me da un ventilador y bañarme en el sudor de la inconsciencia alcohólica sin alcohol. Llegar al Sol besando la Luna. Y acariciar las estrellas con amor y volverme loca y querer querer querer querer querer todo ya. Y escuchar a un viento borracho de Rubias decirme todo lo que quiero oír. Subir al Cielo por la escalera de emergencia para decirte todo lo que quieras saber de mí. Y bajar al Infierno por la puerta grande, rodeada de la Señora Injurias y la Señora Calumnias, precedida siempre por la Señorita Envidia para poder cogerte de la mano y arrancarte el reloj de muñeca.

Se acabó el tiempo, se paró el tiempo. El mundo ha dejado de girar. Ya no hay más día y noche, sólo un futuro crepuscular. Ya no se derriten los polos. Y los filántropos se comen a los licántropos. Los misántropos pasean de la mano en pareja por la orilla de la playa. Y todo el mundo se centra en su propio universo. No hay más. ¿Qué más quieres?

Si todo fuese tan fácil como soñar... puedo parar el tiempo y poner el mundo en tus manos si eso es lo que quieres.





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