Día ciento noventa y seis.

¿Nunca te has mirado al espejo y te has dicho: "esto no es lo que yo merezco"? 

No puedo más. Un año sufriendo sin parar todos los días mientras me daba un pellizquito de cariño y esperanzas solo para jugar conmigo. Solo para verla a ella. (Muy bonito para con ella, muy inhumano para conmigo)

No puedo más. Un año esperando llamadas que nunca van a llegar... Qué crueles son los niños, ¿eh? Jugando al balón prisionero con la palabra "amistad". Sois.

Da igual lo que escriba porque ninguna petición de auxilio acaba nunca bien. No será que no os lo estoy rogando. Pero sois como el sol. Amarillos, lejanos y siempre quemando donde no debe. Qué calor.

Qué dolor. Qué pérdida de tiempo y esfuerzos y qué forma de acabar con mis esperanzas. Por el camino perdí la confianza y está el kilo exageradamente caro así que no creo que me la pueda permitir de nuevo. Porque te dicen que te quieren pero cuando te das la vuelta (o sin dártela) ya le están diciendo a la Luna cosas que tú jamás soñaste oir. Porque es que yo no soy de esos que aman y tú no te mereces más que el cariño medio.

¿Sabéis donde puedo comprar un contador de dar pena? A ver si esto se va a poder convertir en energía de algún tipo y estoy aquí perdiendo dinero. Por cierto que si no encuentro un trabajo ya (compatible con lo de ser madre y eso) me voy a volver lunática. 

Anda y que nos ondulen a todos.

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