Día veintidós.

What am I exactly doing listening to Björk? Perder la cabeza. No. No. No creas. Tampoco enloquezco. (Lunita estate orgullosa de mí. Bueno, orgullosa tampoco es la palabra... Feliz. Aimisyu.) Si da igual de todas formas. Los lectores de este blog se cuentan con el dedo de E.T. The Extra-Terrestrial. My God. No sé ni por qué lo pongo en mayúsculas. Esto es como cuando en el cole en los dictados me ponían mala nota por poner 'el papa' con minúscula (como ahora) hablando del papa, papal. Con mayúscula. ¡Qué grande! ¡Era tan rebelde! ¡Qué lástima que ahora sólo sea una abuela loca que vive rodeada de gatos a los que ha bautizado con el nombre de sus amantes! (Igual que María) Uy, ¡cuántos recuerdos! Cryin' time. Nope. ¿Por qué me parece - a veces - todo una locura? Equisdé. Ea. ¿Qué le voy a hacer si soy así? Pero no he enloquecido por lo menos. Ni lo voy a hacer. Bueno, a lo mejor sí lo he hecho, porque me contradigo a mi misma en un par de líneas. ¡Cómo me gustan los hiatos! God! Tanto como las palabras: "esperpento", "Estambul (piedra cayendo al agua, que viene del griego [de la ciudad-eis tin poli]), "nenúfar"... Oh God! Oh God! "Orgasmo". Gran palabra. Y yo salgo loca. En un portal, en un ascensor, en una cama, en un coche, en un hotel, en un barco, en un avión, en un tren. Yo salgo loca.

Y ahora a dormir, que mañana hay que ser madrugadora para drogarse a tope. Con la Cope. Eso sí.

Uhmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmmm*






Miss Wonderfalls* [¡un león de arcilla que habla!]

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día doscientos doce.

Día ciento veintisiete.

Día doscientos once.