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Mostrando entradas de julio, 2019

Día ciento ochenta y tres.

Cuando me da el paflús vengo aquí y aparezco a tu lado. O algo. Una sola persona me ha dicho hoy que soy una exagerada, que si tengo tantos problemas no será por los demás y que no está de acuerdo con algo con lo que estaba de acuerdo hace un mes escaso.  Pues bien, nostamal.  Entonces todo esto me ha recordado a cuando hace unos años, hablando con una persona me dijo que al conocerme, no le había gustado nada mi cara, que tenía los ojos como vacíos, fríos. Joder, que te digan eso a la cara es top, me hice fan de esa persona en ese mismo momento.  Lo de hoy ha sido distinto, no iba acompañado de ningún pero. Sí, he usado mucho la palabra "persona", lo siento, pero es que si pongo la relación que tenía con esa -ehem- persona, luego empiezan las elucubraciones y voy a acabar con más juicios que algún futbolista top level.  En fin, que me voy.  ... Vivo atada al mundo por un pequeño anzuelo que me tiene sujeta desde hace meses. Cuando siento que me fallan las pi

Día ciento ochenta y dos.

A veces veo cosas. Pienso cosas. Sueño cosas. Y, luego, esas cosas pasan. No lo puedo controlar pero es así.  Aquel día supe que ese pequeño gesto iba a destrozarme la vida, aún no tenía claro cómo, pero estaba segura de que sería así.  Recuerdo el momento perfectamente. Estaba en una comida de empresa, habíamos terminado de comer y andábamos haciéndonos los regalos del amigo invisible. En ese momento recibí una notificación en mi móvil, sorprendente porque no tenía apenas cobertura. Cogí el móvil, leí la notificación, "este es el comienzo del fin", pensé.  Y no estaba equivocada.  [Vuelvo a escribir con demasiados espacios, lo sé.] Siempre he compartido las cosas. Soy una "nativa digital", creo que dicen. Lo hice en mil redes sociales antes que en esta y nunca me ha importado lo que piense nadie (no es que lo haga ahora, la verdad). El hecho es que, cuando compartes cosas, aunque no te importe lo que piensen los demás, sí haces por no molestar a nadie. Y