Día cincuenta y dos.

"Los siete pecados capitales: Lujuria." Con mayúscula. Deseo sexual descontrolado. ¿Por qué todas lxs diosxs de las diferentes culturas relacionadas con la Lujuria eran féminas? Anukis (Egipto), Venus (Roma), Afrodita (Grecia), Lilith (Babilonia)… ¿? Pues porque las mujeres incitamos a la Lujuria, mucho más que un velludo hombre (acepción primera de la RAE, la segunda suena tan bien que es mentira [felpa o terciopelo]). Hoy debería currarme el texto, me lo he propuesto. Pero va a ir lento, creo. Porque conforme están las cosas, puede acabar muy mal; cuando digo “puede”, hablo de mí misma. Lujuria. “Que me da cuando cierro los ojos y me imagino en sus brazos. La primera vez que estuvo cerca de mí. De fondo sonaba la canción más apropiada para ese momento-Fuego-. Ahora sólo hay cenizas, que volverán a arder pronto. Ave Fénix. Y dar vueltas y más vueltas y más vueltas y una más. Y ya no saber dónde tenemos la cabeza, los pies… Y que vuelva el fuego a arder y ya te diré cuando acabar con él. De momento, avívalo y ya me contarás mañana qué tal has dormido. Ni puedo creer que hayas podido hacerlo. Ni yo puedo sino me quemo.” (Para más historias lujuriosas [de verdad] para no dormir, pónganse en contacto con Wally, él les guiará al centro de mi pequeña-gran cabeza y les enseñará los relatos más erótico-festivos que hay en mi mente.) Compréndanme, soy una persona a la que le gusta que cierto tipo de gente le siga tomando por Lolita (véase: Mamá), por lo tanto todo lo demás ocupa un sitio en lo más profundo de mi disco duro. Mañana:Gula.

 

Miss Vámonosdegala*

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día doscientos doce.

Día doscientos once.

Día ciento veintisiete.