Día sesenta y ocho.

D.G. [después de Granada queridos péndulos]. Vamos a ver. Granada, por un lado una ciudad preciosa (cuando tienes mucho dinero) por el otro, ciudad de obras, de aparcamientos públicos y del dinero, pa' resumir. ¿Por qué? ¡Oh! ¿Por qué la gente me habla mal en Granada? ¿Por qué me vacilan en la oficina de turismo? No, en Granada no ponen tapas en todos los bares. No. Pero por otra parte. Alhambra, Generalife, tapas de Picnic, Huerta de San Vicente (yo casi llorando de la emoción cada vez que subía un peldaño para ver la habitación de Lorca en su casa de verano), Museo de Ciencias (con hormigas gigantes included), paseos granadinos. Y punto. Se acabó. Ahora sí que ya no vuelvo a escribir. Cosas que pasan mientras que uno escribe.

Este es mi punto final.


Gracias.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día doscientos doce.

Día doscientos once.

Día ciento veintisiete.