Día ochenta.

Me da pena pensar en las rosas desaprovechadas. Esto de trabajar tanto y no poder olerlas no es bueno, no. Lo dice quien acaba de llegar de minivacacionarse, pero yo sé lo que me digo. No te gusta leer, no me engañes. Buen fin de semana. Viendo como unos robaban partidos y como otros ganaban lo que no merecían, pero bueno. Las pipas están buenas, sí. Y las Rubias que he conocido en la playa, más. Estaba la que iba de diva, cieliazulada toda ella. Con un olor muy rico. Muy moderna, muy cool. Y fresca, la tía. La otra, iba de modosita, sus ropas no querían llamar la atención, pero en el fondo era una bestia parda. No veas. Muy subidita ella luego. En fin. Más conclusiones, lingüísticas esta vez. Lo primero, que E.T. es un falo en sí mismo. Y lo segundo, que consolador es la persona que Playstation 3, ni lo voy a explicar, porque ¿pa' qué? No quiero más sábanas de Holanda, más bien sus jardines frondosos salpicados de ranas aquí y allá. Quiero volver a ver el verde de sus verdes ramas verdes en la noche azul marianítica, hipnotizada por el olor de las rosas que viajaron doscientos cincuenta kilómetros por verme de madrugada. Y saltar en la cama hasta reventar los pocos muelles que le queden en su sitio. Muy pocos. Y gritar por la ventana hasta conseguir quedarme afónica. Luego volver. Y llorar de rabia. De pena y de mier*a¿quéhagoyoaquí? Problemas existenciales, de todos sabidos/temidos. Sabidos, no. Sabor a saber que no sabes qué va a pasar. Sí. Escuchar el grito de la lluvia cuando cae en el asfalto y oler la carrera de ciento sesenta caballos galopando desenfrenadamente. Vibrar de la emoción ante alguna maravillosa creación del ser humano. Saber que la felicidad no la da el dinero cuando por menos de cien euros puedes hacer casi de todo. Lo mejor es tener todo lo que quieres sin conformarte con poco. Y conseguir todo a corto plazo. Sin esperas, que es lo peor. Morderte las uñas de gusto y gritar un poco cuando quieras. Cuando te quieras. Caprichos. Locuras. Bailar con música de los ochenta gritando en casa. Y que venga alguien a quejarse, que ya le dirás que tienes algún problema mental, enagenación intransitoria con complementos indirectos y dativos. Siempre a o para. Pero nunca pares. No, no pares. Y si lo de Messi era fuera de juego yo soy Santa Teresa de Jesús en bata de estar por casa. No grites. Nos quedan dos días. El juego empieza mañana, dile a Cindy que se traiga la laca que yo me voy haciendo un cardado y vistiendo con lo primero que pille. En unos días arde el mundo y nadie nos va a avisar desde el pasado (San Nicolas Cage) y aunque nos avisasen nada va a cambiar. Ya lo sabemos todos. Aunque te digan que mañana todo se va a tomarpor nada va a cambiar, ¿o sí? Yo sólo sé que moriré tiroteada en casa, con un moño canoso. Que lo soñé cuando era una niña pequeña (más) y que así ha de ser. Y punto.


Creo que si sigo escribiendo, unos hombres de bata blanca irrumpirán en mi habitación para llevarme a un lugar mejor...


"Está tan limpio, es tan cómodo... ¿Es el cielo?... ¡No! ¡Es el Psiquiátrico!"

Me voy con la cadena de tontos a otra parte.





Miss Quierocientosesentacaballosavaporyotambién*

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