Día setenta y ocho.

Querido diario:

Espero que lo que llevas puesto (hija mía) te recuerde a la abuela que te cuidó como si fuese tu madre y que sea lo único que te pudo dejar en herencia ya que todos sus bienes materiales se convirtieron en ceniza y polvo en el incendio que provocaste al insultar con tus feos zapatos al Gran Manolo (cojo aire) y que quisieses tanto a tu abuelamadre porque, entre otras cosas, sobrevivió a la caída del Imperio Romano, la toma de la Bastilla, el Terror, el hundimiento del Taitanic, la guerra civil y cientos de desgracias de las cuales guardas algún recuerdo con el que complementas tu (horrorosa) vestimenta de vez en cuando, como para osar vestirte así. He dicho. ¡La madre que te parió!

No me gusta que se me oiga, nain (con boca de uve). No puedo. Y quiero volver a hablar con las manos, suave. Hablar sin que me oigan (sí me gusta que me escuchen) y escuchar el sonido del tecletecleteteo silencioso. (...) Ligereza. Locura. Esperpento y nenúfares (ninfeas)...

Juntando coincidencias...

Cuando el Sol da sobre el agua una luz distinta al empezar un nuevo día, variadas voces maternas susurran a sus pequeños al amanecer. Unos responden cegados a sus cariñosas preguntas, siempre a oscuras en la habitación se verá mejor. Otros, sordomudos, gritan en lenguaje de signos inmóviles, asustados y luchando por poder respirar.
Llegaron la noche anterior empapados en sudor, lágrimas y sangre. Rodeados de llanto.
Alguna madre dirá que están envenenados y otra, que están endemoniados. Abrir los ojos y ver la luz duele, pero hay que acostumbrarse y aprender a ver la realidad. La verdad. Abrámosles los ojos a esas tiernas madres, desatémoslas de sus sillas frente a la pared en la que ahora sólo ven sombras. Que salgan de la caverna para enfrentarse al Mundo Ideal. De las Ideas.

*Aplicable a padres, parejas, familias completas...*

Esto es lo que pasa un día en el que te levantas y lo primero que tienes que hacer es escribir para no estar todo el día con la misma idea en la cabeza.

Siento la dejadez. Soy una vaga.




Miss Notsoless*

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