Día ciento diecisiete.

No he perdido el norte, ya no me encuentro ni el sur. Estoy con los pies en la cabecera de la cama y con la cabeza en las nubes. No puede ser que mi mente no sepa volar, no puede ser porque tengo vértigo. Cada palabra me hace sonreír. Y me encuentro hoy en un estado de felicidad acompañado con cara de tonta (más de lo habitual). No me quieras ver cuando no quiero. Pero quiéreme cuando menos me lo espere y me harás llorar. Un momento, si ya no sé lo que es llorar. Hace tantísimo tiempo que no derramo una lágrima con la frecuencia con la que lo hacía antes. ¿Cómo se hacía?

Me duelen los ojos, de la luz, pero me da igual. Es bueno sufrir si sacas algo de ello, como aprender que todo lo que... no... Bien. Lo mejor es insultar. Sólo hablo en uno de mis posts de un bosque, la verdad es que me encantan los insultos de mercadillo. Espero, por lo menos, que los míos tengan un poco más de gracia, licenciado.

Lo voy a dejar porque no me quiero reír más, además se me acaban los recursos para insultar a la gente (a lo mejor es que no quiero), total, como sólo soy una teleoperadorilla del montón...

Mañana vuelvo, espérame con la sonrisa de oreja a oreja y los brazos abiertos.



Miss Ieatyou.

Comentarios

Don Israel ha dicho que…
fsdagfisadfìdvbìds

(He querido ser lo más original con el saludo)

Hacía tiempo que no me pasaba...y ya iba siendo hora ¿no, shugemelika?

No me puedo creer que te olvides de cómo se llora...o bueno, pensándolo bien, yo tampoco sé llorar. Nunca o casi nunca se quiere hacerlo cuando se llora, así que es algo inconsciente. Yo la verdad, no me sé la teoría del llanto...¿intentamos llorar? :'(

Y que sepas que te voy a "cojer" y te voy a dar por lo que has escrito en ese tercer párrafo...siempre desde el darling, claro. Me niego a creer que seas eso que dices. Aunque alguna vez me gustaría comprobar la calidad de las "teleoperadorillas"...lástima que en mi casa la palabra "Telefónica" sea una palabrota.

Espero que sigas sangrando mucho...blogísticamente hablando :)

:***

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