Día ciento veinticuatro.

Un ángel me dijo que me iba a querer mil veces hasta que llegase mi número de la suerte y me hizo volar en un mundo de nubes acorazonadas con forma de dulce francés. Me querría una vez y media al día. Esperé con ansia, sin poder dormir, la primera y aún...

Me estás matando sin decir ni mú. And you know it.

Y lo que siento en el pecho no es dolor ni es locura. No es que quiera esos bonitos zapatos de dos cuarenta y nueve. Ni ese feo anillo de precio desorbitado (aunque no sean unos ojos). Dame ocho letras y déjame jugar con ellas que con eso me conformo (y un beso en el cuello cada mañana). No quiero más.

¿Qué tiene la Zarzamora?

Ni el alcohol hizo que pudieses mentirme con dos palabras.








Miss S. Criminal*

Comentarios

Deprisa ha dicho que…
¿Esas ocho letras son "te quiero"? Hay gente a la que le cuesta mucho soltar uno, quizás porque se sienten desprotegidos, es como romper su barrera de hielo y abrirse al mundo.

Mucha gente no está preparada.

Un saludo.

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