Día ciento veintidós.

El amor enjoyado me repugna.

Porque si dejo volar el amor de mis puños... no respondo. Amor total firmado con gotitas de sangre... Que no me cieguen los tangos porque las cosas no son así. No todas son prostitutas vendiendo sus cuerpos en la noche, no se están poniendo en venta bajo la luz roja al refugio de la oscuridad. Demasiada importancia para demasiadas tonterías... blablablá.

Sabe a gloria el mar y a sal el Sol y yo me pierdo en la dulce noche lamiendo una Luna de miel. Y, ¿qué más da que no sepas abrir una puerta cuando las ventanas están abiertas? Cuestión de no creer en la suerte y tener tres kilos en casa.

No te preocupes, a nadie le importan tus victorias, sólo te preguntarán por las miserias, pero no te preocupes. Podrás arrancar la Luna del cielo para llamar la atención pero ellos sólo verán que, del esfuerzo, te sangran las manos. No intentes llamar la atención contando lo bien que te va cazando mariposas. Ellos sólo se alimentan de tus miserias (sobretodo de lo mal que aparcas el Porche). Por eso, lo único que hay que hacer es presumir y que los consuma su envidia.

No te creas que nos hemos olvidado de lxs romanticonxs. Seguimos queriendo que nos despierten con besos. Que nos abracen porque sí. Que alguien se atreva a pronunciar esas dos palabras tabú para nosotrxs. Que nadie nos pueda estropear un día porque al dar la vuelta detrás está esa persona que nos sujeta. Pero... es mejor ir de durx por la vida, no te dejaré ver lo que siento para que no puedas hacerme daño, aunque con ello me prive de todo lo anterior. Sí, así mucho mejor. (Mentira y, encima, llego tarde.)

Señor Javier, estoy de acuerdo con usted, pero yo le cuento mis chorradas a mi blog, para saber qué piensa mi ordenador de todo esto. Y que nadie conteste es lo peor. Alguien me dijo que es peor la indiferencia que cualquier otra cosa.

Y soñé con una mariposa llorando en el pétalo de una rosa, no tenía miedo de la lluvia que estaba empapando sus delicadas alas, tenía miedo de caer dentro de la flor. Pero no quería alejarse de ella. "Huele tan bien", me decía. La locura estaba cegando a la pobre mariposa, aunque seguía siendo tan cuerda como en sus buenos tiempos. No quería morir, pero sabía que si seguía llorando en el pétalo de la rosa, acabaría acabada. "Es tan suave", me empezó a contagiar su locura pero lo superé, intenté convencerla de qué era lo mejor para ella, pero no quería escucharme, simplemente me miraba de soslayo mientras decía que nunca nadie le había dado lo que le daba la rosa, que nunca nadie... No pude hacerle abrir los ojos, no quería escucharme. Esa mariposa murió ahogada en el interior de una rosa inundada por la lluvia, pero murió feliz porque nadie pudo evitar que viviese su sueño.

Dame una "a" y déjame que me monte una historia que detrás vendrán las demás...

Cualquier día, todo esto, todo, esto... Y si no lo has entendido ya es porque no debes entenderlo.




Miss Letmethinkaboutit.

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