Día ciento sesenta y cuatro.

En canal: conclusiones.

Hoy, seguía dándole vueltas a una pregunta que me hacía un amigo hace unos días "¿sabes quién eres?". Le contesté que no pero quería saberlo... Y creo que me voy haciendo una ligera idea. *pausa, busco música de Extremoduro, continúo*

¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Qué es de mí? Algunas veces había pensado en alguna de estas preguntas cuando tenía que rellenar estupideces cuestionarios, preparando entrevistas de trabajo... pero realmente no me había parado a pensarlo. ¿Quién soy?

Soy Paola. Tengo 24 años y soy yo.

Soy ridícula. Algunos lo maquillarían como "estrambótica", "distinta", "especial". No, no es ningún eufemismo de esos yo soy ridícula. Soy una persona ridícula que incita a la risa. No recuerdo una sola etapa de mi vida en la que no haya habido alguien que se haya reído de mí Y NO LO CULPO: mi forma de hablar, vestir... Lo primero es asumirlo "soy ridícula", ¿qué puedo hacer para evitarlo? Nada. Yo he nacido así, no puedes cambiar tu forma de ser *NO PUEDES* y pensándolo he caído en la cuenta de que mi mente ha creado un escudo contra mi ridiculez, ¿cuál? Una payasa. He intentado protegerme de la ridiculez siendo una auténtica payasa. No hay hora en el día *de cada día* en la que no haga un chiste. Los juegos de palabras, las rimas estúpidas, las imitaciones... ¡me pirran! ¿Y sabéis qué? Que soy más feliz pensando que se ríen conmigo y no de mí, ¿por qué me voy a quedar en ser únicamente ridícula? Soy ridícula y payasa, a mucha honra. Y sobre lo que decía arriba, no culpo a los que se rieron de mí, ¿por qué lo iba a hacer si ver reírse a alguien me hace feliz? Nain. A veces es duro ver cómo la gente te mira con desprecio como pensando que eres imbécil y dan ganas de levantarte y hacer alguna gilipollez aún más exagerada para descolocarlos un poquito más. ¡Aburridos!

También soy una llorona. No soy lo que han hecho de mí soy yo. Yo soy una llorona tanto para lo bueno como para lo malo. Y este es un verdadero problema porque la gente ve MAL que llores. Pero, ¿esa gente qué cree? ¿Que por decirle a alguien que no llore va a dejar de llorar? ¿Se preocupan en pensar por qué llora alguien? Ese ya no es mi problema, es un problema de esta sociedad que piensa en sí misma y después en sí misma otra vez por si se le ha olvidado algo. Ser una llorona o llorica, como me han llamado en infinidaaaad de ocasiones, no es algo que vaya a cambiar nunca, ¿por qué lo tengo que cambiar? ¿Porque alguien piense que lloro para conseguir aprobación o porque a esa misma persona mis lágrimas le hacen sentirse mal? Anda a la mierda.

Tengo las habilidades sociales de un mejillón. Mi infancia rodeada de libros y más libros me ha hecho ser una persona cerrada con muchas dificultades para conocer a gente nueva *problema problemón*. No sé de qué hablar con gente con la que no tengo nada en común. No sé qué chistes debo hacer en cada momento y me pongo a hablar de literatura con una puerta. Soy un absoluto desastre. Si tengo un problema me encierro en una habitación ¿y qué hago? Leer. Siempre he pensado que acabaré como Alonso Quijano y tengo suerte, ya casi no quedan molinos pero aún podría enfrentarme a algún aerogenerador.

Podría reflexionar y dejar de ser como soy para gustarle a más gente pero ¿por qué? ¿Por qué voy a cambiar mi forma de ser? ¿Para caerle bien a alguien al que le caigo mal? Eso es estúpido y eso es lo único que yo no soy: no soy estúpida.

Al contrario de lo que pueda parecer no soy para nada estúpida, puede que a veces me lo haga. Que me descubráis asintiendo mirando al vacío. Que finja no saber muchas cosas y que me haga la tonta muy bien pero sé demasiadas cosas. Demasiadas y desde hace muchos años. De ahí que sea tan payasa.



Y como soy TAN payasa os voy a hacer un regalo muy especial. Mis vídeos haciendo el gilipollas. Que los disfrutéis, chatos.


http://www.youtube.com/user/kebita/videos?flow=grid&view=0





*MissWhyNot

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día doscientos doce.

Día ciento veintisiete.

Día doscientos once.