Día ciento setenta y cuatro.

Mamá, me han llamado NT, algo del patriarcado, tránsfoba, me han acusado de hacer luz de gas y no sé cuántas cosas más. A mí y a mis compañeras guerreras. Te juro que no he hecho nada de eso. Hace unos días saltaba una batalla que ni la de los bastardos pero en Twitter. Todo empezó con una chica que contaba que sus reglas eran tan dolorosas y abundantes y largas que incluso a veces le impedían ir a trabajar o hacer vida normal. 

Aquí entró Endometriosiswarrior a explicar que eso no era normal porque (y me lo tatuaré en la frente a este paso le moleste a quien le moleste) LA REGLA NO DEBE DOLER. Se la tomaron un poco como a cachondeo y ella nos nombró a varias endometriósicas para que contásemos nuestra historia. Dicen que lo que hicimos fue acosar pero la intención no fue esa en ningún momento, qué cosa más ridícula. ¿Cómo voy a acosar a alguien por contarle mi experiencia con la endometriosis y como a mí durante nueve años me dijeron que no tenía nada? Porque esto decía esta chica, que nosotras no teníamos idea, que ella no tenía nada porque se lo había dicho su ginecóloga. Qué rabia y qué impotencia, ¿cuántas veces hemos ido al ginecólogo y te he tenido que llevar conmigo para que me tomasen en serio desde que tenía 16 años, mamá? ¿Cuántas veces nos han dicho que no era nada?

Durante un rato no estuve pendiente de la conversación, ya tenía bastante con lo mío, ya sabes. Pero después vi las cosas tan feas de las que nos estaban acusando. ¿Luz de gas? ¿Paternalismo? ¿Capacitistas? Pero si las primeras que tenemos una enfermedad ninguneada por absolutamente TODO EL MUNDO somos nosotras. No entendía nada. Ya tengo suficiente con todo lo que estoy sufriendo y con que, además, me pilló en un día endometriósico nivel plus así que escribí un mensaje para intentar aclarar que yo sólo quería ayudar contando mi experiencia y desactivé las notificaciones de la conversación porque me estaban afectando mucho tantas acusaciones. 

Al día siguiente seguía viendo por mi TL jaleo por el mismo tema, mamá. Nos acusaban entonces de tránsfobas por habernos dirigido en femenino hacía una de las personas que estaba en la conversación, nos llamaban capacitistas y nos acusaban de haberles causado ataques con nuestro acoso porque ellas eran ND y nosotras NT. 

Pero, ¿y nuestro sufrimiento? Sólo decían que la regla es normal que duela, que lo que decimos es un mensaje alarmista, nos pedían pruebas, estadísticas, se les dio lo que pidieron pero no era suficiente. 

Han tardado nueve años en diagnosticarme una enfermedad y durante todo ese tiempo he tenido que aguantar que me dijeran floja y que me lo inventaba y que era cosa mía y que todo era mentira y que todo era mi culpa porque no quería pastillas y sólo pedía respuestas. Ahora, dos años después de que me la diagnosticaran he logrado que me manden las pruebas para saber si tengo endo profunda, tuve que pedirlo a gritos y llorando histérica a un señor que no quería escucharme y me llamaba mentirosa, a un ginecólogo. Cuando salí de esa consulta sólo tenía ganas de llorar por todas las chicas que van a tener que luchar once años para conseguir las pruebas. O más. Cuando vi una chica que hablaba de los mismos síntomas que tenía yo, lo primero que hice fue (en mi cabeza) ir en su ayuda. Pero no de forma paternalista, si no de forma feminista. Algo que echo mucho de menos en esta enfermedad, el apoyo de las feministas. Mi intención no era dar una clase, ni un diagnóstico. Sólo quería decirle, oye, aquí estamos, eso que te pasa me pasaba a mí y tardaron nueve años en diagnosticarme porque no, la regla no debe doler aunque nos lo repitan hasta la saciedad que es normal. Que tengas una molestia, bueno, entiendo que es normal pero una molestia no es dolor. 

Yo iba, otra vez, con toda mi buena intención y me reventó todo en la cara. Tuve que leer mil veces que la regla es normal que duela y yo no me pude quejar de acoso porque soy CIS y NT (dicen, se lo preguntaré a mi caja de Rivotril que lo mismo no piensa igual) y no sé cuántas cosas más soy. 

Mamá, cosas así dan ganas de dejar de ayudar a la gente pero es que no puedo. Seguiré haciéndolo cada vez que se me presente la oportunidad. Para contar mi historia con la endo, con la esterilidad, con el ganchillo o con la puta repostería. 

Las endoguerreras no somos una secta, no os queremos captar, por nosotras cuantas menos seáis mejor, mucho mejor. Sólo queremos concienciar y queremos que las feministas se unan a nuestra lucha con los ojos cerrados porque os necesitamos. 

Nueve años aguanté que la regla debe doler. Pero, por mis ovarios maltrechos os digo que no lo voy a aguantar jamás. 

Os dejo un par de post de compañeras sobre lo sucedido. Y aclaro que esto no es una disculpa porque no tengo que pedir perdón por intentar ayudar a alguien, bonito estaría. 





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