Día ciento ochenta y nueve.

No sé en qué momento el corazón se convierte en piedra y dejas de sentir el dolor. Y en qué momento el corazón se convierte en piedra y ves y entiendes la realidad. ¿Cómo puedes llegar a entender que de verdad no te quiso nunca de verdad? Si diste todo por él. Si esto no iba a acabar así. Después de tantas batallas, huye sin mirar atrás culpándote de cada cosa. ¿Te imaginas cavar tu propia tumba con la pala de otro?

Esa vela no se va a encender nunca más y ya no suena ninguna canción.

Ya paso de compartir canciones con nadie porque después solo queda el dolor que se agarra a cada nota, que se agarra a cada pausa, que se agarra a ti. ¿Cómo se puede sentir tanto dolor cuando ya no sientes nada?

¿Fue antes el no quererte o que no te quiera nadie? ¿O no te quisiste nunca porque nadie te quiso nunca? ¿Cómo funciona el flujo del amor? ¿Necesitas recibirlo para darlo? ¿O, por lo menos, haberlo recibido para reconocerlo? ¿Imaginas no saber lo que es el amor y entregarte todo, absolutamente todo, y que no sea amor? ¿Te imaginas destrozar vidas? ¿Te imaginas ir ciego y a lo loco destrozando todo lo que te roce? Este teclado no hace mucho ruido, está bien.

No sé en qué momento el corazón se convierte en piedra y dejas de sentir el dolor por eso busco a Medusa desesperadamente. ¿Te imaginas justificar un texto y que solo sea el formato?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Día doscientos doce.

Día ciento veintisiete.

Día doscientos seis.