Día ciento ochenta y ocho.

¿Cómo puede oler mi casa a alguien que no ha estado nunca en ella? ¿Por qué noto este calor gélido como la nieve? ¿Dónde empiezan y terminan sus huellas? Lo que empieza como un juego acaba siempre siendo real. ¿Más real? No. 

He estado en las nubes pero llovía y caí. No caí del todo y ya estaba rebotando. Vaya puta alegoría de mierda, tú. ¿Te imaginas que todas las palabras que inventamos se perdieran? Yo creo que ya va siendo hora de quemar ese diccionario así como todo lo que tocaste y que no ardió. 

Vivo añorando algo que es imposible. Algo que no va a pasar jamás. Un beso en la barriga, una caricia no pedida, las gracias, el amor, las ganas. Todo lo que perdiste en el camino a arruinar nuestras vidas. 

De verdad, qué fácil tendría que ser todo a estas alturas y qué fácil debe ser odiar desde el subsuelo. 

Hacedme un favor, si creéis en algo, que no sea en un dios que os vaya a salvar después de destrozar todo lo que haya estado a vuestro alcance. Creed en un más allá rodeados de nada, que es lo que merecéis. 

Corten. 

*MissLess

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